Ejercicio 3

Woman House Project y Tucumán Arde
En la década de los sesenta hay una desmaterialización del arte, vuelve a ponerse en vigencia Marcel Duchamp y surge el arte conceptual, el mismo que destaca que la importancia de una obra radica en la idea y no en el objeto. En esta década se forman dos proyectos cuestionadores como: Woman House Project y Tucumán Arde.
Woman House Project fue un movimiento de arte feminista que usó la performance como un medio catalizador del activismo político y estético. Sus orígenes se remontan a 1969 cuando Judith Chicago demanda a la Fresno State College para que se cree un programa de arte feminista como respuesta a la exclusión que sufre la mujer en la institución del arte. El primer curso de Chicago es organizado en la cocina de su casa y sirve para tomar conciencia del significado de ser mujer y para atacar las regulaciones sexuales. En 1971, Chicago y Miriam Shapiro inician un programa de arte en CalArts, pasan de la cocina a otro espacio doméstico. Ellas trasformaron las diecisiete habitaciones de una casa e insistieron en la crítica a la asociación de lo sexual con lo doméstico.
Tucumán Arde fue un proyecto que criticaba a las instituciones artísticas de la burguesía. En 1968, un nutrido grupo de artistas decidieron llevar a cabo una ruptura con la institución del arte. Los artistas buscaban una nueva estética y nuevos espacios donde llevar a cabo la obra y eso implicaba nuevas reglas de juego, nuevas estrategias de negociación. Tucumán Arde fue una obra colectiva llevada a cabo en la CGT, una central obrera argentina enfrentada con la dictadura de la época. La actividad política no se desvincula del arte. El arte puede aprovechar esos espacios para cuestionar un régimen político y a la vez criticar a la institucionalidad del arte.
Entre ambos proyectos podemos encontrar similitudes en las estrategias de resistencias. Los dos cuestionaban a la institución del arte. Woman House Project criticaba la poca apertura al arte femenino. Tucumán Arde criticaba los modos de producción y exhibición del arte y buscaba que la creación artística cause impacto en la vida social. Los dos luchaban por un espacio donde exhibir sus obras, el primero tuvo que empezar dentro de un espacio doméstico para emprender su lucha por la igualdad. En el sitio doméstico se pone en tensión al cuerpo con el espacio, esto hizo que la sexualidad femenina sea el punto de la reivindicación política. El segundo buscó un lugar diferente a los espacios de la institución del arte y se conectó con el obrero para criticar el poder político y burgués que somete al más débil. Aquí se creó una tensión entre arte y política, se dejó un espacio propio de intervención para transformar un lugar ajeno a los sitios culturales. Ambos proyectos se resistieron a los regímenes disciplinarios y biopolíticos que pretendían excluir o disminuir a otros en beneficio de una estructura de poder dominante.
Para enunciar a qué técnicas del cuerpo están contestando estos proyectos es necesario enfatizar en el carácter específico de cada uno de ellos. Woman House Project está más vinculado a la política de reivindicación de los derechos de la mujer y Tucumán Arde está más sintonizado a la realidad obrera.
Woman House Project a través de la performance cuestionaba todas las políticas que controlan el cuerpo y regulan el género, especialmente esa concepción biopolítica que considera el espacio doméstico como una extensión del cuerpo femenino. El cuerpo de la mujer se circunscribe a un espacio interior como símil de sumisión, mientras que el cuerpo masculino se lo vincula a lo exterior como referencia de poder. A través de la performance mostraron el trabajo doméstico como un proceso que repite acciones que dan la impresión de una pasividad femenina. Martha Rosler en su Semiotics of the Kitchen puso en evidencia la manera en que el cuerpo es regulado temporal y espacialmente por el instrumento doméstico.
Tucumán Arde era un arte transformador que buscaba desmaterializar para rematerializar porque el régimen político atacaba al cuerpo y el pensamiento era llevado hasta la muerte. El régimen disciplinario y biopolítico había llegado a los extremos. El arte fue vinculado a lo político para visibiliza las luchas obreras. La tensión entre arte y política condujo a los artistas a separarse de las instituciones de arte burgués. Los artistas intervinieron un espacio ajeno para hacerlo como propio y a través de esa transformación colectiva cuestionar la situación imperante en el régimen de facto. A través de este proyecto se creó un vínculo entre la vanguardia artística y la vanguardia político-sindical, hubo una apropiación estética de los discursos propios de la lucha sindical.
En conclusión, estos proyectos fueron grandes cuestionadores de la institucionalidad del arte y de los regímenes disciplinarios y políticos imperantes en nuestras sociedades. El arte, en sus distintas manifestaciones, es un gran catalizador de acciones tendientes a reivindicar derechos.
Preguntas.
1. Describir los dos proyectos
2. ¿Qué similitudes encuentra entre las estrategias de resistencia en la Woman House Project y en Tucumán Arde?
3. ¿A qué técnicas del cuerpo están contestando?
Ensayo